Transistor de madrugada

Últimamente me está apareciendo en redes sociales una especie de "trend" en el cual los padres comparan cosas que han tenido o pasado con sus hijos en rangos de edad de hasta 10 años.

La parte emotiva es cuando a la ultima pregunta sobre "si trabajaron para ayudar a sus padres antes de los 10 años" es un poco chocante para los protagonistas de ese video, mostrar dos realidades distintas, dos vidas distintas en la que muchas veces no sentimos que lo que hacemos es suficiente para los pequeños. Y también me ha pasado, a quien no?, pensar en que todo el mundo está en nuestra contra y muchas veces actuamos mal con nuestros padres porque está tan normalizado echarle la culpa al desorden hormonal que estamos comenzando a experimentar.

A veces no nos ponemos a pensar en lo que hay detrás de una negativa o una vida llena de restricciones en la que no puedes darte ciertos gustos que otras personas si. Sin embargo, eso no quiere decir que no disfrutemos lo que nos tocó tener en ese momento ni dejar de pensar en que algún día llegará a nuestras manos.

 Las navidades eran interesantes y decepcionantes, tristes y normales porque a esa edad lo único que tenemos en la cabeza es algún regalo que podamos recibir y que al menos se le parezca un poco a algo mostrado en cierto comercial en la televisión. Casi siempre me ha tocado resignarme a recibir algo que a ningún niño le ilusiona pero ahora después de muchos años entiendo ciertas cosas que en ese tiempo no lograra ver. No darme cuenta que el verdadero regalo era recibir las doce todos juntos, escuchar los pirotécnicos reventar por todos lados aunque no me toque encender ninguno. Las canciones de navidad o fiestas de fin de año que se escuchaban por todos lados pero que muchos años me tocó escuchar en silencio.

Recuerdo algunas navidades en la que me tocaba recibirla en la calle  regresando a casa o en casa pero cuando ya todos se habían ido a dormir. Mi gran compañera de esos años era un pequeño radio a pilas que usaba para escuchar musica mientras en la calle se escuchaba la bulla de la gente celebrar; mi radio a pilas era el que me acompañaba en largas jornadas nocturnas escuchando historias y anécdotas de los locutores del momento, en aquellos años.

En gran parte de mis recuerdos aun tengo esos programas raros en cierta estación de radio que pasaba rock o techno, incluyendo salsa en la noche de año nuevo, recuerdo haberme pasado desde la media noche hasta el amanecer escuchando musica y pensando en cosas que no puedo y prefiero no recordarlo, no por ser algo malo, simplemente porque no creo que haya sido importante.

Pasan los años y las costumbres van cambiando pero lo que uno ha pasado y lo que está guardado en la memoria siempre estará presente a pesar de que para muchos podría considerarse como una vida medio triste pero ¿quien en ese momento podía tomarlo así?.

Ahora todo es distinto. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Gracias 2024

Parte de este juego

Second Life