Malos calculos
Sentir o no sentir, pecar o no pecar, ir o no ir, hacer o no hacer, son tantas la dudas que siempre aparecen en mi cabeza y que no siempre son lógicas, pero dudas al fin. No sabemos que hacer y no sabemos a dónde ir - peor aún si no tenemos opciones- para que nuestros pensamientos se ordenen y sepamos cuanto necesitamos de algo que creíamos imprescindible. Una luz que se apaga, una vida que se va rápido y que no nos da tiempo para poder cumplir todos los sueños o cosas que imaginariamente podríamos creer que podrían pasar y que quedan solo dentro de nuestra imaginación.
Noches de insomnio, días de mal humor y amaneceres sin sentido, solo cumpliendo una rutina y esperando el pasar de las horas para poder cerrar el círculo y otra vez, noches de insomnio, amaneceres sin sentido y nuevos días de mal humor. Momentos en donde el desgano puede más y el cuerpo te pide hacer nada, pero si lo cumples otra vez vuelve a comenzar el sin sentido.
Recuerdo alguna vez en alguna ocasión cuando tenía 14 o 15 años tal vez, donde era parte de una rutina que me aburría, ir al colegio, odiaba eso en los últimos años de secundaria y ya se los he contado en alguna publicación anterior. Probablemente para algunos el colegio fue la etapa más divertida en la que podían hacer y vivir sin preocupaciones, pero para mí fue una etapa aburrida, no me encontraba en ese mundo, quería que todo termine rápido y el último día de asistencia obligatoria, fue tan liberador el momento en el que dijeron, mucha suerte en sus vidas, hoy el último día de clases. Recuerdo no haber esperado más y solo me fui, no me despedí de nadie, no me puse triste o melancólico, solo me fui pensando, por fin se terminó esto. Es realmente cierto eso que dijo alguna vez un profesor de biología en la academia pre universitaria, que la verdadera amistad o afinidad la tienes con los que comienzas desde primaria, si luego estas cambiado de colegio es difícil cultivar amistades duraderas o de esas que cuando te los encuentras no parece que el tiempo hubiese pasado. Yo no consideraba amigos a ninguno de los compañeros con los que compartí la etapa de secundaria, no estábamos en la misma sintonía, no teníamos las mismas costumbres y no teníamos la misma viveza.
Las cosas han cambiado y ahora estoy seguro que el causante de eso fue el cambio repentino de una rutina de inocencia y de costumbres sanas que le tocó vivir a un niño de escuela nacional en la que nos educaron y nos hicieron crecer como hermanitos; contrastada con tratar de incluirme en un nuevo grupo al que si quería entrar tenia que adoptar un nuevo comportamiento que encaje con el de ellos, tal vez por eso nunca me adapté. Posiblemente eso ocasionó un cambio de personalidad que para que vamos a ahondar en eso, es como fue y ahora en la actualidad eso ha cambiado o al menos eso creo.
Claro que lo siguiente de la historia creo que ya lo saben y bueno aquí me tienen, nuevamente aburrido de la vida, sin nuevas emociones, con los mismos conflictos, pero al menos con salud.
Ahora, pasa otro mes en donde trato de ordenar un poco mi cabeza, alejándome de lo que me genere algún conflicto en mi sentir y tratando de ver menos aquello que tanto me gustaría tener cerca. A veces el tiempo ayuda a olvidar y preferiría que fuese así.
Extraño lo causante de todo esto, nuevamente la rutina adoptada en un nuevo lugar, estar en el lugar y en el momento correctos, ser aceptado y quien sabe, querido. Todo eso ha quedado atrás, la rutina volvió a cambiar y cerró el circulo solamente para volver al principio, sin nada.
Es mejor tratar de concentrarse en otras cosas que me ayuden a pensar y me ayuden a sacar de mi cabeza eso que tengo metido y que no me deja tranquilo en ningún momento del día…y de la noche. Concentrarme en el trabajo y de mantenerme ocupado con ciertas actividades caseras que es mi mejor opción por ahora para solucionar y sanar un poco el alma, no creo que sea culpa mía a pesar de que todo el mundo lo diga y no hay lugar para arrepentimientos de los errores que hicieron que en estas fechas me ponga a escribir estas lineas.
Debo olvidar.
Pero como dice la canción, sentir así no lo cambio por nada y si debo sentirme así por sentir lo que no puedo dejar de sentir, pues estoy triste y feliz por al menos poder sentir.
Hoy ya en noviembre en uno de esos días en el mes que me recuerda por qué estoy así, hace que me sienta un poco triste y melancólico, pero a la vez recordar me hace dibujar una triste sonrisa.
Hace ya muchos años me sentí igual y fue muy duro llegar al punto de volverse nada y seguir mi vida normal, es difícil a estas alturas de mi vida.
Hay días en que amanezco con la mejor predisposición a querer dejar todo atrás pero después me doy cuenta de que eso no significaría olvidar, sino ocultar momentáneamente mis pensamientos locos. Luego con el pasar de las horas y por cosas del día a día ese olvido momentáneo queda hecho nada a causa de unas cuantas líneas que hacen que todo vuelva a comenzar.
Me pregunto, del otro lado que pasará?...da lo mismo porque no hay mucho que hacer al respecto. Aunque saberlo me haría una vez mas, decidirme a olvidar pero como ya lo dije, la rutina hará que todo vuelva a comenzar. Por si algún día estas lineas son leídas, esa es la causa de mi alejamiento.
A pesar de eso, cada segundo valió la pena y siempre lo tendré presente a pesar que todo quede en un lejano pasado que agradezco y que espero siempre recordar a no ser que la rutina diga lo contrario.
Comentarios