Rosas de acero
Estamos iniciando el último mes del año, muchas cosas han pasado en estos 11 meses y días, desde un inicio medio raro, con tristezas, alegrías, cólera y algo de rencor. Pasaron muchas cosas en lo personal, algunas divertidas, otras emocionantes, muchas estresantes y otras pocas que me hacen dudar si la realidad podría superar a la ficción.
El balance de lo que va del 2024, no resulta ser ni positivo ni negativo, éste fue un año un poco distinto a otros en los que normalmente me metería en mi cama a pensar en cosas que nunca siquiera pude estar cerca de experimentar y que muchas veces hacían que mi vida se vuelva aburrida y si bien, a mi edad, creo que he cambiado un poco en como era hace algunos años.
Derrepente la motivación es distinta y la vida a pesar de no haber sido dura conmigo me esta dando cosas que tal vez debí sentir un poco mas joven. El destino que al parecer siempre me ha tenido apartado de todo y me ha amoldado de una manera distinta a lo que el común de la gente está acostumbrado.
La deuda pendiente siempre está con los amigos, siento que aun mi deuda con la sociedad o como por ahí escuché decir, mi deuda sociable es que no se si tenga mas de 3 amigos, supongo que eso para alguien normal es raro y no quiero pensar en que tal vez yo sea anormal pero pensar en que llegará el dia de mi muerte y no se si haya gente que llegue a extrañarme si me voy. Es una delgada linea que seria capaz de dividir el blanco y negro pero que siempre tiende a ser una división de manera radical de ambas cosas en el tener y no tenerlos.
Esa ha sido una contradicción en este año que pasó, por ratos feliz, otros ratos triste y otros muy molesto. no se con quien y muchas veces sin saber por qué. A veces sentía que era por un solo motivo y hasta ahora creo que es así pero, toca vivir con ello y tomarlo y tratar de asimilarlo de la mejor manera ya que hasta ahora no hay forma de estar en otros lares que me permitan superar o asimilar el hecho de que a veces puedes tener un motivo pero que poco a poco se puede ir convirtiendo en un absurdo.
De todas maneras, no hay nada de malo en sentirlo así, ya sea como motivación o como un absurdo, lo malo sería no tener ni lo uno ni lo otro y sí, es verdad que mi mente ya está asimilando mejor el hecho de no tener respuesta por ningún motivo.
Este año espero que, en lo que queda, pueda volver a vivir aquello que todavía tengo muy presente, como si recién hubiese sido ayer. Lo veo difícil, las cosas son distintas y no me siento con la seguridad al 100%.
Por lo pronto, seguiré soñando porque aun hay un motivo.
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